Una comitiva del Gobierno nacional partió rumbo a Moscú, Rusia, para ultimar detalles sobre el envío de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V, elaborada en laboratorios del país que preside Vladimir Putin.
El equipo está integrado por la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, por la asesora presidencial Cecilia Nicolini y por técnicos de la Anmat, organismo que debe aprobar el producto para su uso en el país.
La misión oficial tiene lugar tras la firma del acuerdo por el arribo de dosis para inmunizar a 10 millones de argentinos hasta febrero, según anunció el presidente Alberto Fernández (Frente de Todos).
La Anmat informó en un comunicado que hoy "funcionarios de esta agencia viajarán a la Federación Rusa con el objeto de visitar las plantas del Instituto Gamaleya, desarrollador de la vacuna Sputnik V, y de Generium que forma parte del proceso productivo de la misma".
"Durante la visita, que se llevará a cabo de lunes a viernes de la próxima semana, se realizará la verificación técnica de los establecimientos y los procesos de fabricación utilizados en los productos", agregó la entidad. Y destacó "el fortalecimiento de las relaciones bilaterales que se vienen entablando con la Federación Rusa en las áreas de calidad, eficacia y seguridad de los medicamentos".
Resultados en la investigación
La Sputnik V tuvo una eficacia superior al 95% a los 21 días de la segunda dosis en la prevención de la infección por coronavirus, según resultados preliminares de sus estudios de fase 3.
Se trata de una vacuna que utiliza una plataforma (o tecnología) llamada de "vectores no replicantes". Los vectores son virus que se modifican genéticamente para que no tengan capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.
En este caso, la Sputnik V usa adenovirus humano como vector y, a diferencia de otras candidatas, utiliza dos adenovirus (uno diferente en cada dosis) para provocar una mayor y más duradera respuesta en el sistema inmunológico.
A esos adenovirus se le "agrega" una parte de la proteína espiga (o spike) que pertenece al coronavirus.
"Los vectores de adenovirus son virus modificados genéticamente de la gripe común que no pueden reproducirse en un cuerpo humano. Cuando se usa la vacuna Sputnik V, el coronavirus en sí no ingresa al cuerpo ya que la vacuna solo contiene información genética sobre parte de su capa de proteína externa (la proteína espiga)", explicaron sus desarrolladores.
Y describieron que "esto elimina por completo la posibilidad de infectarse como resultado de la vacunación y al mismo tiempo provoca la respuesta inmune estable del cuerpo".
El 11 de agosto, la Sputnik V fue registrada por el Ministerio de Salud de Rusia y en septiembre la vacuna se administró por primera vez a un grupo de voluntarios de las "zonas rojas" de los hospitales de ese país.
El 4 de septiembre, la revista The Lancet publicó un artículo de investigación sobre los resultados de los ensayos clínicos de fase I y fase II de la vacuna que no mostró eventos adversos graves y una respuesta inmune efectiva de los vacunados.
En tanto, el pasado 24 de noviembre, el Centro Gamaleya y el RDIF (Fondo de Inversión Rusa) anunciaron los resultados positivos del segundo análisis de datos provisionales de los ensayos clínicos de fase 3, doble ciego, aleatorizados y controlados con placebo, que arrojaron una eficacia de 91,4% siete días después de la segunda dosis y por encima del 95% a 21 días de la segunda dosis cuando los voluntarios formaron una respuesta inmune estable.
Una ventaja de la Sputnik V sobre otras candidatas es que la forma liofilizada (seca) de la vacuna se puede almacenar a una temperatura de +2 a +8 grados Celsius, lo que hace más sencilla la logística para su traslado y almacenamiento.
Los suministros de vacunas para el mercado mundial serán producidos por los socios internacionales de RDIF en India, Brasil, China, Corea del Sur y otros países.
Además de con Rusia, el Gobierno argentino firmó contratos para la adquisición de vacunas contra el coronavirus con la farmacéutica AstraZeneca y Covax (mecanismo de compra colectiva impulsado por la Organización Mundial de la Salud), por el que llegarían 9 millones de dosis a fines de febrero, y mantiene negociaciones con Pfizer, Sinopharma, Sinovac y Janssen. (Télam)